La finca Armand Heitz se fundó a mediados del siglo XIX, cuando la familia Nié-Vantey, propietaria entonces de varias parcelas de viñedo en Borgoña, adquirió los terrenos sobre los que hoy se asienta la famosa finca. Posteriormente, matrimonios y herencias mantuvieron el viñedo dentro de la misma familia, hasta que en 2011 Armand Heitz se hizo cargo de la gestión de la finca. Tras licenciarse en enología y trabajar con gran pasión y rigor una hectárea de Chardonnay y Pinot Noir, Armand Heitz decidió ampliar la finca para desarrollar un abanico más amplio de denominaciones y, por tanto, de estilos diferentes.
Así, la finca Armand Heitz se extiende suntuosamente desde Beaune hasta Chassagne-Montrachet y ofrece vinos de Borgoña muy auténticos que reflejan su terruño. Entre las denominaciones en las que se cultivan las vides de la finca, destacan algunos de los climas más prestigiosos de la región, que dan fe de la calidad de los viñedos de la finca: Pommard 1er Cru, Chevalier-Montrachet Grand Cru, Chassagne Montrachet 1er Cru, Meursault 1er Cru y Beaune 1er Cru.
De hecho, estos entusiastas son capaces de producir vinos perfectamente equilibrados gracias a la gran diversidad de terruños de la finca. Para obtener un estilo muy puro, Armand Heitz utiliza la permacultura y la agroecología, que permiten a la naturaleza expresarse libremente. El conocimiento de la agronomía y la sostenibilidad medioambiental van de la mano para garantizar un profundo respeto por las vides y por los vinos, que son transparentes y ostentan una identidad audaz.
Descubra esta bella simbiosis con el medio ambiente a través de la gama de vinos de la finca. Colores nobles, una fina expresión aromática y un equilibrio perfecto son los elementos que conforman el bello estilo característico de Armand Heitz. Tras las etiquetas minimalistas y poéticas, adéntrese en el encantador retrato de una Borgoña vibrante y acogedora.