Nacido en los albores del siglo pasado, el Domaine Chevillon hace gala de una impresionante capacidad para evolucionar con los tiempos. De hecho, fue fundado en 1900 por Symphorien Chevillon, quien entonces esbozó las bases de la finca actual, y la propiedad sigue perteneciendo a la misma familia cuatro generaciones después.
Cada figura emblemática de la familia ha contribuido a la finca: Symphorien compró los viñedos originales, Eugène-François amplió la propiedad, sus dos hijos continuaron la extensión de las tierras familiares y, por último, a finales del siglo XX, Robert aportó una nueva mirada a la obra de sus antepasados. Cuando se jubiló en 2003, se aseguró de que su visión se transmitiera a sus hijos, que ahora trabajan para modernizar la propiedad.
Situada en Nuits-Saint-Georges, la finca produce vinos de Borgoña en tierras famosas por sus cualidades geológicas y climáticas. En este viñedo familiar sólo se cultiva una variedad de uva: Pinot Noir. La expresión de la cepa emblemática de la región es el resultado del maridaje entre los terruños, el clima y el trabajo dedicado de los equipos técnicos. A pesar de la constante y rápida evolución de las prácticas de gestión del viñedo, éstos se esfuerzan por formarse continuamente para ofrecer siempre el trabajo más preciso.
Para preservar la tierra de sus antepasados y garantizar su longevidad, la familia Chevillon vendimia las uvas a mano y lleva a cabo la vinificación más natural. Así, los vinos de la finca cuentan verdaderamente la historia de su terruño de origen.
La riqueza de los conocimientos tradicionales adquiridos a lo largo de las décadas se ha conservado perfectamente, pero la propiedad se mantiene a la vanguardia de las últimas tecnologías. Para los herederos, es muy importante encontrar el justo equilibrio entre tradición y modernidad para obtener vinos muy armoniosos, afrutados y auténticos.