En los albores de sus 300 años, la Maison Ruinart es un emblema de finura y excelencia en Champagne: repaso a este nombre prestigioso.
Ruinart, una historia secular
Símbolo de un saber hacer histórico, la prestigiosa Maison de Champagne es fundada en Épernay en 1729 por Nicolas Ruinart. Pionera, exporta después su champagne a nivel internacional y teje lazos con el mundo artístico. En 1877, adquiere las famosas crayères, bodegas de tiza clasificadas por la UNESCO, ofreciendo condiciones ideales de envejecimiento. Dirigida por la familia Ruinart hasta 1963, la Maison se une después a Moët & Chandon, luego al grupo LVMH en 1987.
De la viña al vaso, una exigencia sin fallas
La propiedad elabora sus cuvées a partir de tres cepas: la chardonnay, emblema de la Maison, la pinot noir y la pinot meunier. Las uvas provienen mayoritariamente de la Côte des Blancs y de las laderas norte de la Montagne de Reims. Comprometida en un enfoque ecoresponsable, la Maison ha obtenido las certificaciones Haute Valeur Environnementale y Viticulture Durable en Champagne desde 2014.
Para que "el grano se convierta en vino", la Maison moldea sus champagnes armonizando tradición e innovación, con períodos de envejecimiento prolongados para desarrollar complejidad y finura.
Los champagnes de la Maison
Ruinart Blanc de Blancs: Obtenido exclusivamente de chardonnays de 25 a 30 crus, este champagne seduce por su frescura, sus notas de cítricos así como su boca equilibrada, entre tensión y redondez.
R de Ruinart: Compuesto mayoritariamente de pinot noir, completado por chardonnay y meunier, este champagne brut encarna el equilibrio entre frescura y redondez.
Los champagnes rosados: Ya sea el Brut o el Dom Ruinart, alían la frescura del chardonnay con la golosidad del pinot noir. Sus aromas de frutos rojos, cítricos y especias seducen por su vivacidad, su textura sedosa y su equilibrio.
Dom Ruinart: Tanto en blanco como en rosado, encarna la excelencia de los grands crus, con una pureza y una complejidad notables. Notas de frutos maduros, flores, mineralidad y gran longitud en boca hacen de ellas cuvées añejadas de excepción.